Carla ConteEstá convencida de que los partos tienen que humanizarse: volver a ser íntimos y sin presiones de tiempo. La conductora de TV eligió a Para Ti Mamá para hacer el conmovedor relato de la noche en que, en el living de su casa y con ayuda de una partera, tuvo su primera hija.
Compartir9Imprimir NotaDejá tu comentario
Foto 1 de 3De pronto, en plena sesión de fotos, Carla empieza a llorar porque su hija llora. Se siente en un dilema: quiere dar la nota para contar su parto humanizado, pero no quiere que su hija se estrese haciendo fotos para la revista. Sabe que la entrevista y la producción fotográfica van de la mano. Se tranquiliza cuando la beba se calma en su teta y pide un poco de mimos. En el estudio de fotografía el clima es relajado. La clave es hacer fotos de madre e hija, embelesadas, y que todo sea distendido, respetando los tiempos de la beba. Termina la sesión y, café y medialunas de por medio, nos sentamos con Carla, –de 32 años, en pareja con el músico Guillermo Brutto–. “No tenía pensado hacer fotos con Mora, es demasiado chiquita. Pero cuando ustedes me llamaron para entrevistarme pensé que Para Ti Mamá era un buen marco para contar cómo había nacido. Si no lo hacía con ustedes, no lo hacía con nadie”, arranca, y nos disponemos a que nos cuente todo lo que pasó en su casa de Caballito, hace algo más de tres meses.
–¿Como surgió la idea de que el parto de Mora fuera en tu casa?
–El día que me enteré que estaba embarazada, lo primero que hice fue buscar en Internet “parto humanizado”. Sabía que existía, me interesaba el tema, pero no sabía qué significaba realmente. ¡Tampoco tenía idea de qué era un parto! (risas). Empecé a averiguar y fue maravilloso. Encontré información por todos lados, en cantidades industriales: videos, fotos… y muchas campañas a favor del parto humanizado.
–Habías escuchado hablar del tema.
–Adentro mío existía una simpatía por la idea del parto humanizado. Por alguna razón fue lo primero que fui a buscar cuando supe que estaba embarazada. Pero no sé de dónde lo había sacado. Tal vez algo me había dicho mi marido, que conocía un grupo de mujeres que había parido en su casa. Pero no fue planeado, ni algo que me había propuesto. De hecho hacía dos años que pagaba una obra social para parir en un sanatorio. Como la mayoría de la gente, yo pensaba ir por el camino clásico: parir en un sanatorio. Muchas veces uno no se plantea las cosas, no se cuestiona: vas al obstetra, te dicen quién va a ser tu partera y así llega al parto. Yo quise empezar a ver otras cosas. Había otras formas. Me enteré, por ejemplo, que el cordón umbilical no se les tiene que cortar enseguida, como hacen en muchos sanatorios. Y hay más cosas que mucha gente no se cuestiona.
–¿Por qué crees que las cosas se hacen así?
–No sé. No hay lógica. Nadie te explica las cosas. Ni te dicen por qué hacen las cosas con semejante velocidad. Cuando empezás a caminar un camino distinto, te vas encontrando gente que se cuestiona lo mismo que vos y que te recomiendan libros. Así fue como leí “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”, de Laura Gutman y después “Parir en libertad libertad” de Raquel Schallman. Cuando los terminé dije: “yo quiero parir en mi casa”; lo agarré a Guille y le dije: “consigamos esta partera. Llamémosla”. No sé por qué más del 90% de la población sigue por el camino tradicional, quizás porque no sabe que existe otro. No debería haber más mujeres a las que les dicen que no dilatan y les hacen un goteo o una cesárea, sin darles tiempo.
–¿Cómo seguiste?
–Mi ginecóloga no hacía partos, entonces busqué un obstetra y la verdad que no me gustó. Quedé como boyando. En Mar del Plata tuve un inconveniente y fui a ver a otro médico, que me recomendó Raquel Schallman. Me pareció agradable la manera en que me habló. Se centró en mí como alguien particular, no como una embarazada en general. Yo quería que me trataran sabiendo que mi embarazo podía ser distinto, que podía sentir otras cosas. Flashee con el parto humanizado. Así conocí a Edith Diez y Sandra La Porta, las parteras que colaboran con Raquel, con muchos años de experiencia. Te hacen sentir que sos la protagonista de ese momento.
–¿Cómo te sentiste durante el embarazo?
–Trabajé y estuve fantástica. Iba viendo cómo evolucionaba. Me hice todos los estudios de rutina. Sólo al final, en el último programa de Éste es el show, me sentí realmente mal. Estaba de ocho meses y medio y en vivo empecé a sentir contracciones. Me bajó la presión. Pero antes hice de todo, no me privé de nada. Eso sí: dejé el alcohol y el tabaco.
–¿Cómo te referís a esta experiencia de parto?
–Parto humanizado o parto respetado. Así deberían ser todos los partos. Tiene que ver con que nadie decida por vos. Muchos me dicen que tuve coraje, pero la verdad es que yo no siento que haya tenido más valor que otras mujeres. Lo único que hice fue informarme mucho y eso es lo que recomiendo. ¿Por qué dicen que el parto es lo más doloroso del mundo? No. El parto duele si te aceleran. Si tratan que dure tres horas un proceso que debería durar veinte.
–¿Tu marido estuvo de acuerdo en que un parto humanizado era lo mejor?
–Sí. Él me lo había mencionado antes. Yo sabía que quería hacer algo diferente de lo que había escuchado, pero no sabía si en casa. Estaba la opción de ir a un sanatorio, después de haber hecho el trabajo de parto en casa. Pero me decidí cuando hice el curso.
–¿Qué dijo la gente cuando contaste que querías tener a tu hija en tu casa?
–Pasó de todo. No quería decirlo mucho en los medios y tener guardia ese día en mi casa porque no sabía cómo iba a resultar. No quería hacer mucha alharaca del tema. Tenía un plan B: si pasaba cualquier cosa nos íbamos a un sanatorio en el que teníamos un lugar reservado. Eso en relación a lo público. Mientras que en mi familia fue toda una revolución. Fue muy poca la gente que me entendió. Ni mi hermano, ni mi cuñada, que habían tenido un parto en el que todo había salido fantástico
pero que no había sido lo que yo quería. Les costó entender. Muchos quisieron detenerme. Y la verdad que, después, cuando vieron cómo salió todo, se callaron la boca. Nadie tuvo nada que decir. A mis amigas les mostré el parto, porque lo tengo filmado y flashearon. Quedaron alucinadas.
–¿Cómo fue?
–Empecé con algunas contracciones el sábado a la noche y mi hija nació el domingo 21 de junio a las 9 de la noche. La noche del sábado al domingo eran sólo molestias, así que dormí.
–¿Tenías miedo?
–No. Tal vez sí a lo desconocido, al parto en sí. Pero no porque fuera en mi casa.
–Estabas muy convencida de lo que estabas haciendo.
–Sí. De hecho ves la filmación y hay un momento en el que a Guille le digo que no tengo nada de miedo. Al final sentía un dolor indescriptible, como que te estás partiendo. Sentía que estaba por explotar. Pensaba que ese estado no se podía sostener en el tiempo. Estaba con Sandra y con mi marido. Iba de la cama a la bañadera. Dormitaba, entre contracción y contracción. Guille contaba el tiempo. Así estuve todo el día. Dejando avanzar el proceso. Tipo ocho de la noche ya estaba casi con dilatación completa y me sentía tranquila. Las contracciones son dolorosas pero lo bueno es que duran un minuto, como máximo y pasan. Aguantás y después descansás. Tenés minutos para recuperarte, para relajarte. Cuando ya tenía la dilatación suficiente Sandra me pidió que me parara y que empezara a caminar para que la cabeza de Mora bajara. De golpe algo cambió porque empecé a sentir la necesidad de pujar. Se modificó todo. El cuerpo puja y no podés hacer otra cosa. Entré al living y Sandra estaba en el piso, acomodando todo para que naciera mi hija. Mi marido estaba poniendo la cámara en el trípode y yo lo empecé a manotear, sentía que iba a salir. Fue media hora de un acelere violento. Como una montaña rusa, sin retorno. Estaba en cuchillas, agarrándo a Guille, destruyéndolo, gritando. Ya le había avisado a los vecinos que iba a tener a mi hija en casa (risas). Los dos últimos pujos fueron con todo. Sentí que volaba por el aire.
–¿Cómo fue parirla?
–En el anteúltimo pujo Sandra me tranquilizó porque yo estaba gritando mucho. Me dijo que no estaba haciendo fuerza para pujar y que tenía que volver a hacerlo bien. Que podía gritar pero que también tenía que pujar. Me habló con una calma que no voy a olvidar nunca. Me avisó que iba a nacer, que aguantara la respiración y me mostró con un espejito la cabeza de Mora. La ví saliendo de mí. Y en un último pujo, la contracción final. ¡Increíble! Fue alucinante parir a Mora en casa.
–¡Qué bueno tenerlo filmado!
–Sí, aunque en la filmación no se nos ve bien a nosotros. Las cabezas quedaron cortadas (risas). Cuando Guille ponía la filmadora en el trípode, yo lo agarraba porque Mora nacía. Fue un segundo. Se deslizó, me la pusieron en el pecho y la agarré, la tapamos. Guille estaba atrás mío. Yo estaba sentada en una silla de parto –con forma de herradura–, porque las piernas no me daban más. Arrancó llorando como loca. Yo sólo le miraba la carita y no entendía nada. Desde ese momento dejé de
entender. Quedé como congelada. En un momento me estaba partiendo y de repente apareció Mora. La tenía en brazos. Es incontable. Después de nueve meses de tanto esperarla.
–¿Mora estaba bien?
–La vio Sandra y dijo que estaba bien. Respiraba perfecto. Después, esa noche la vio un pediatra. Yo quería que la viera un médico. Tiramos un colchón en el piso y me acosté con ella. Estaba en una nube total. Sandra me revisó, vio que tenía un desgarrito y me hizo dos puntos.
–¿Aprovecharon para estar los tres juntos o había más gente en tu casa?
–No había nadie más. No queríamos que nadie supiera que estaba en trabajo de parto para que nadie se preocupe. Pero lo cierto es que el domingo era el Día del Padre y se notó que algo pasaba porque nos íbamos a juntar y no nos juntamos. Desde ese día estuvimos juntos los tres. Siempre soñé con la maternidad, desde chica. Me llegó en el momento justo. La buscábamos desde hace tiempo pero está bien que haya llegado en este momento.
–¿Y te costó volver a trabajar?
–Sí, me costó. Por suerte pude hablarlo en el trabajo y todos me entendían.
–¿Cambió la relación de pareja?
–Y… sí. Ya no somos dos. Además Guille tiene una hija que se llama Casandra, de 8 años. Pero como no vive con nosotros todo el tiempo, siempre tuvimos nuestros momentos de ser dos. Eso ya no existe más, ¡ni existirá por varios años! Tu pareja pasa a ser el padre de tu hija y eso cambia todo. Yo estoy constantemente para ella. Aunque es algo que trato de laburar. Los primeros treinta días no me separé ni para hacer pis. La primera semana casi ni me bañaba y no me quería vestir. Además
dormimos juntas. Pero, como volví a trabajar rápido, con Mora de veinte días, tuve que activarme sí o sí. Al principio se ve todo muy caótico, y de a poquito se va acomodando la vida. Que Guille ya sea papá me calma y ayuda un montón.
–¿Cómo tomó Casandra la llegada de su hermana?
–Está feliz. Por momentos fue todo un tema, pero ya lo superó. Como es grande, la puede alzar. Por ahí Mora se duerme encima de ella y eso la pone re contenta.
–¿Quieren tener más hijos?
–Me encantaría. No se cuándo, supongo que en un par de años, mínimo dos o tres. El embarazo fue alucinante, me pareció un estado maravilloso. De hecho, después, extrañé la panza un montón. Me sentía bárbara, y ¡estaba embarazada! Fue parte de un gran cambio en mí, de mi búsqueda personal, tomar un rumbo nuevo… un antes y un después. Lo importante es poder decidir. Aunque elijas una cesárea, elegís sabiendo, habiéndote informado. Yo no reniego de la institución, ni de los
sanatorios, ni pienso que todo el mundo tiene que parir en su casa. Se trata de parir donde tengas ganas de parir, y en la forma que quieras hacerlo. Mi abuela parió en su cama. No es un delirio, sino que se trata de estar más cerca de la naturaleza de tu cuerpo. Aunque sé que está buenísimo que haya un médico para resolver complicaciones y contar con la medicina para lo que corresponde. Pero un parto es tan simple, tan sencillo… como ha nacido todo el mundo.
Un poco de mí...
Me permito distraer tu atención unos minutos para hacerte llegar mi propuesta.
Mi nombre es Mariela, soy mamá, esposa, médica y ante todo MUJER!.
Durante muchos años me he preparado y trabajado día a día en mi perfeccionamiento para brindarte lo mejor de mí en la etapa que necesites. Mi proyecto nació en el año 2005, abriendo las puertas de un pequeño Spa llamado Aguas de Roca, en el que me dedique a la estética, belleza y salud de la mujer, recolectando muy lindas experiencias y conociendo las necesidades de las mujeres. Así fui creciendo e implementando nuevos servicios, cambié mi
espacio para poder tener un lugar más al que dediqué a las embarazadas, a los papás y a los bebés en ese momento tan especial con un proyecto destinado a acompañarlas en el preparto, parto y puerperio, desde mis conocimientos y desde mi sensibilidad y sentimientos.
Y porque quiero seguir creciendo junto a vos ahora te presento mi nuevo desafío, que me apasiona y que reúne todas las semillas que fuì plantando en mi andar, LA MEDICINA CLÌNICA ESTÈTICA Y REPARADORA!!
De que se trata????
Es una pràctica mèdica-no quirúrgica que aplica las técnicas necesarias, para la restauración, mantenimiento y promoción de la estètica, salud y bienestar.-
¨La belleza, es una combinación de formas y proporciones tal que al ser observada produce una sensación placentera a los sentidos, conservando su armonía¨ Para mi, ser Médica, Instructora en profilaxis prenatal, Doula, es ser yo misma.-
Esta es mi pequeña historia, la que se alimenta y se nutre de todas y cada una de las que viviremos juntas.- GRACIAS POR PERMITIRME LLEGAR HASTA VOS.-
Atte,
Mariela Martínez
MÈDICA.
MEDICINA ESTÈTICA CLÌNICA Y REPARADORA.
viernes, 23 de septiembre de 2011
Carta de los derechos reproductivos en el embarazo, parto, purperio y cesárea
EN Proyectos
• Estrategia de difusión, sensibilización y capacitacíon de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que habitan comunidades marginadas de Oaxaca
• Centro de Iniciación a la Parteria de Oaxaca
• Segunda generación de Luna Llena
• Manifiesto por las parteras de Oaxaca
• Teatro Girasol
• Conferencia Internacional "La Naturaleza de Nacimiento" 2005
Decidir si tener hijos o no tenerlos, cuándo, cuántos tener, cada cuánto y con quién.
Escoger el método anticonceptivo más adecuado a la edad, cultura, estado de salud, vida sexual, relación de pareja y gusto personal.
Recibir información y atención previa al embarazo sobre el cuerpo y su funcionamiento para tener un embarazo saludable.
Tomar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir coacciones, discriminaciones ni violencia.
Vivir una maternidad voluntaria, placentera, saludable y deseada.
Acceder a la atención médica de calidad sin discriminación por razones de etnia, clase social, preferencia sexual y estado de salud.
Recibir atención médica en el momento en que se solicita, con cortos tiempos de espera y respetuosa de la dignidad e integridad corporal.
Recibir toda la información médica sobre el estado de salud y los resultados de los estudios y exámenes clínicos y de laboratorio de manera clara y entendible y en corto tiempo.
Que los conocimientos, la experiencia y las sensaciones sobre su cuerpo expresadas por los y las usuarias sean tomadas en cuenta por los prestadores de servicios de salud.
Recibir un trato respetuoso y amable por el personal de salud.
Acceder a servicios de salud integrales enfocados a la pareja embarazada.
Que la embarazada esté acompañada en todo momento por su pareja u otra/s persona/s de confianza en la atención del embarazo, parto, puerperio y cesárea.
Respeto de los procesos fisiológicos sin intervenciones o interferencias, respeto a las emociones, al dolor y al pudor.
Otorgar el consentimiento informado antes de cualquier procedimiento médico o quirúrgico.
Recibir toda la información sobre indicaciones, dosis y efectos secundarios de los medicamentos.
Contar con infraestructura adecuada, ambiente agradable y las mejores condiciones de higiene en los servicios de salud.
Contar con servicios acordes a las posibilidades económicas de cada usuaria/o.
Que no se realicen procedimientos médicos y quirúrgicos de rutina sin que se justifique su necesidad durante el embarazo, el parto y el posparto.
Dar a luz en la posición más cómoda para la parturienta y acorde a su cultura.
Que el recién nacido no sea separado de la madre y el padre durante su estancia en la institución de salud.
Libertad de realizar las acciones rituales previstas por cada cultura para el momento del parto sin represiones, burlas o amenazas.
Elegir libremente el tipo de alimentación que se quiere para sí misma y para el recién nacido en la etapas del embarazo, parto, posparto y puerperio.
Contar con las condiciones idóneas para que la madre o el padre puedan lactar al recién nacido
• Estrategia de difusión, sensibilización y capacitacíon de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que habitan comunidades marginadas de Oaxaca
• Centro de Iniciación a la Parteria de Oaxaca
• Segunda generación de Luna Llena
• Manifiesto por las parteras de Oaxaca
• Teatro Girasol
• Conferencia Internacional "La Naturaleza de Nacimiento" 2005
Decidir si tener hijos o no tenerlos, cuándo, cuántos tener, cada cuánto y con quién.
Escoger el método anticonceptivo más adecuado a la edad, cultura, estado de salud, vida sexual, relación de pareja y gusto personal.
Recibir información y atención previa al embarazo sobre el cuerpo y su funcionamiento para tener un embarazo saludable.
Tomar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir coacciones, discriminaciones ni violencia.
Vivir una maternidad voluntaria, placentera, saludable y deseada.
Acceder a la atención médica de calidad sin discriminación por razones de etnia, clase social, preferencia sexual y estado de salud.
Recibir atención médica en el momento en que se solicita, con cortos tiempos de espera y respetuosa de la dignidad e integridad corporal.
Recibir toda la información médica sobre el estado de salud y los resultados de los estudios y exámenes clínicos y de laboratorio de manera clara y entendible y en corto tiempo.
Que los conocimientos, la experiencia y las sensaciones sobre su cuerpo expresadas por los y las usuarias sean tomadas en cuenta por los prestadores de servicios de salud.
Recibir un trato respetuoso y amable por el personal de salud.
Acceder a servicios de salud integrales enfocados a la pareja embarazada.
Que la embarazada esté acompañada en todo momento por su pareja u otra/s persona/s de confianza en la atención del embarazo, parto, puerperio y cesárea.
Respeto de los procesos fisiológicos sin intervenciones o interferencias, respeto a las emociones, al dolor y al pudor.
Otorgar el consentimiento informado antes de cualquier procedimiento médico o quirúrgico.
Recibir toda la información sobre indicaciones, dosis y efectos secundarios de los medicamentos.
Contar con infraestructura adecuada, ambiente agradable y las mejores condiciones de higiene en los servicios de salud.
Contar con servicios acordes a las posibilidades económicas de cada usuaria/o.
Que no se realicen procedimientos médicos y quirúrgicos de rutina sin que se justifique su necesidad durante el embarazo, el parto y el posparto.
Dar a luz en la posición más cómoda para la parturienta y acorde a su cultura.
Que el recién nacido no sea separado de la madre y el padre durante su estancia en la institución de salud.
Libertad de realizar las acciones rituales previstas por cada cultura para el momento del parto sin represiones, burlas o amenazas.
Elegir libremente el tipo de alimentación que se quiere para sí misma y para el recién nacido en la etapas del embarazo, parto, posparto y puerperio.
Contar con las condiciones idóneas para que la madre o el padre puedan lactar al recién nacido
“Para cambiar el mundo, hay que cambiar la forma de nacer”
Dr. Michel Odent
En el momento del parto una nueva vida comienza y tendremos quienes acompañamos, cuidamos y asistimos el nacimiento, el maravilloso privilegio de participar de otro capítulo, sin duda, brillante en la historia del hombre.
Con cada nacimiento el destino de la humanidad comienza a escribirse.
La estructura y personalidad de ese futuro hombre o esa futura mujer dependerán mucho de sus primeras experiencias de vida. Si recibe comprensión, compañía, afecto, si es tratado y siente que le han transmitido respeto y amor, serán estos valores aprendidos, los que el bebé, algún día adulto, será capaz de transmitir a la sociedad. Y está en nosotros, los profesionales de la salud, permitir que todo esto se inicie en el momento del parto.
Frecuentemente el obstetra y quienes acompañan a la parturienta no respetan la voluntad de las mujeres en lo que respecta a la forma de parir; a veces porque “así se ha aprendido” y no saben que puede ser diferente, y otras, porque aún sabiendo el error que cometen al no respetar la naturaleza, no quieren perder su lugar protagónico y “de poder” que históricamente los ha acompañado; indudablemente el distinto valor o sentido atribuidos a la vida humana condicionarán el modo de tratarla.
Debemos desarrollar la filosofía de escuchar y no sólo ordenar; de compartir y no sólo dirigir; de aceptar y no siempre imponer; de respetar, siempre respetar.
No intervenir si todo evoluciona normalmente.
Permitirles deambular durante el trabajo de parto, parir en posición vertical y ver, tocar, abrazar a su hijo recién nacido y amamantarlo si lo desea, siempre que no requiera el bebé atención neonatológica inmediata.
Supervisar el bienestar del binomio madre-hijo sin perturbaciones, estimulando su natural capacidad de parir, de nacer y amar.
Dado lo señalado y a modo de conclusión, se desprende que la importancia de lograr un cambio cultural en este ámbito radica fundamentalmente en los beneficios que una renovación en el proceso de alumbramiento traería para la eterna e importante relación madre e hijo.
“Es fundamental la manera en que nacemos, ya que el nacimiento es un momento cúlmine, que impacta en la vida del futuro ser humano. De la forma en que se nace se determina, de manera importante el futuro del niño, su inteligencia, su desarrollo interior y el grado de conciencia que podrá alcanzar en esta vida”
Andrea Chávez, Neuróloga
Dr. Michel Odent
En el momento del parto una nueva vida comienza y tendremos quienes acompañamos, cuidamos y asistimos el nacimiento, el maravilloso privilegio de participar de otro capítulo, sin duda, brillante en la historia del hombre.
Con cada nacimiento el destino de la humanidad comienza a escribirse.
La estructura y personalidad de ese futuro hombre o esa futura mujer dependerán mucho de sus primeras experiencias de vida. Si recibe comprensión, compañía, afecto, si es tratado y siente que le han transmitido respeto y amor, serán estos valores aprendidos, los que el bebé, algún día adulto, será capaz de transmitir a la sociedad. Y está en nosotros, los profesionales de la salud, permitir que todo esto se inicie en el momento del parto.
Frecuentemente el obstetra y quienes acompañan a la parturienta no respetan la voluntad de las mujeres en lo que respecta a la forma de parir; a veces porque “así se ha aprendido” y no saben que puede ser diferente, y otras, porque aún sabiendo el error que cometen al no respetar la naturaleza, no quieren perder su lugar protagónico y “de poder” que históricamente los ha acompañado; indudablemente el distinto valor o sentido atribuidos a la vida humana condicionarán el modo de tratarla.
Debemos desarrollar la filosofía de escuchar y no sólo ordenar; de compartir y no sólo dirigir; de aceptar y no siempre imponer; de respetar, siempre respetar.
No intervenir si todo evoluciona normalmente.
Permitirles deambular durante el trabajo de parto, parir en posición vertical y ver, tocar, abrazar a su hijo recién nacido y amamantarlo si lo desea, siempre que no requiera el bebé atención neonatológica inmediata.
Supervisar el bienestar del binomio madre-hijo sin perturbaciones, estimulando su natural capacidad de parir, de nacer y amar.
Dado lo señalado y a modo de conclusión, se desprende que la importancia de lograr un cambio cultural en este ámbito radica fundamentalmente en los beneficios que una renovación en el proceso de alumbramiento traería para la eterna e importante relación madre e hijo.
“Es fundamental la manera en que nacemos, ya que el nacimiento es un momento cúlmine, que impacta en la vida del futuro ser humano. De la forma en que se nace se determina, de manera importante el futuro del niño, su inteligencia, su desarrollo interior y el grado de conciencia que podrá alcanzar en esta vida”
Andrea Chávez, Neuróloga
EL PRIMER VÍNCULO DESPUÉS DEL NACIMIENTO...
EL PRIMER VÍNCULO:
"La criatura recién nacida sana y su madre deben permanecer juntos tras el parto y no separarse en ningún momento si el estado de salud de la madre lo permite.
Vive intensamente el placer de que no os separen
y ten la seguridad de que le estás dando lo mejor.¨
Intimidad y Tiempo Para Recibir y Acoger al Bebé
El momento del nacimiento es un momento especial, mágico, en el que el estado hormonal propio del parto natural crea las condiciones para que produzca el vínculo madre-hijo, un vínculo que tiene consecuencias duraderas sobre esa relación, sobre la confianza de la mujer en su capacidad para amar y criar a su hijo, sobre el desarrollo emocional del bebé. El vínculo que el bebé crea con su madre es el troquel, la base de su capacidad para crear vínculos posteriores. Por ello el nacimiento medicalizado tiene consecuencias no sólo físicas, sino psicológicas y sociales. Madres y bebés deben estar juntos tras el nacimiento, y en todo momento, y no se justifica que un recién nacido sano sea apartado de su madre. Incluso los prematuros progresan mejor con el “método canguro” que con la incubadora, o al menos con un sistema mixto. La OMS recomienda iniciar la lactancia antes de abandonar la sala de partos.
El contacto piel con piel tiene también otros efectos beneficiosos para la criatura recién nacida (se recuperan más rápido del estrés, normalizan antes su glucemia, el equilibrio ácido-base y la temperatura) y para la madre (disminución del tamaño uterino por secreción de oxitocina). También para el vínculo M-RN, aumentando la duración de la lactancia materna y evitando experiencias emocionales negativas.
Recomendaciones:
o La criatura recién nacida sana y su madre deben permanecer juntos tras el parto y no separarse en ningún momento si el estado de salud de la madre lo permite.
o Inmediatamente después del parto, la criatura recién nacida se coloca sobre el abdomen de la madre, se la seca y se cubre con una toalla seca. Así se agarrará al pecho de forma espontánea en la mayoría de los casos, permaneciendo al menos 70 minutos en estrecho contacto piel con piel con su madre.
o Los únicos procedimientos que se realizarán a la criatura recién nacida durante este tiempo de contacto piel con piel con su madre, son su identificación y la adjudicación de la puntuación del test de Apgar.
o Informar a las madres sobre las ventajas del contacto piel con piel.
o Posponer las prácticas de profilaxis ocular, peso, vitamina K, etc., al finalizar el contacto precoz, intentando realizar todos los procedimientos en presencia de las madres y padres, y tras su consentimiento.
o No deben realizarse de forma rutinaria la aspiración de secreciones, el lavado gástrico, el paso de la sonda orogástrica, el paso de sonda para confirmar la permeabilidad de las fosas nasales y el paso de sonda rectal. No son necesarias y no están exentas de riesgo.
o También es recomendable en caso de cesáreas. Siempre que sea posible, preparar el campo para realizar el contacto precoz M-RN.
o Si el estado de salud de la madre no lo permite, se ofrecerá al padre la posibilidad de que haga el contacto piel con piel con su criatura.
o Establecer la metodología de los cuidados centrados en el desarrollo, estimulando el método madre-canguro, el contacto piel con piel de madres y padres y la colaboración de éstos en sus cuidados, especialmente en los casos de criaturas recién nacidas más vulnerables.
o Favorecer la erradicación de las salas-nido en los hospitales.
o Trabajar con grupos de apoyo que faciliten las buenas prácticas.
Relación Madre-Padre-Hijo
La relación entre los padres suele modificarse cuando pasan por una experiencia de parto en libertad. Como lo que viven es tan potente, ya no vuelven a ser los mismos. En la madre se producirá una transformación inevitable porque ella habrá puesto el cuerpo y las emociones. Y el papá, en la medida en que se comprometa de verdad con la experiencia, también saldrá modificado. Pero para poder atravesar una instancia así, es imprescindible que ellos hagan una alianza nueva, asimétrica. Algo diferente a lo que quizás estaban acostumbrados hasta entonces. Lo esencial en este tipo de parto es el reconocimiento de que el papel central lo tiene la mujer. Es ella la que lleva al bebé dentro de sí,la que deberá ser oída en sus deseos y necesidades, y el varón tendré que escucharla con el corazón y acompañarla.
El rol de él será fundamental en otro sentido: como soporte para que ese nacimiento ocurra. Él será un “cuerpo útero” que sostiene y contiene a su mujer. Es una función que muchas veces ejerce la partera, pero si un futuro papá participó mucho en el embarazo, será él quien lo desempeñe. El padre será la cabeza de este equipo en el que la mamá pondrá fundamentalmente el cuerpo. A cambio, a él se le abrirá el espacio del parto para vivirlo, no para “presenciarlo”, ya que, si quiere ser protagonista, tendrá que poner algo más que su presencia.
Durante el trabajo de parto y el nacimiento, será quien tendrá que tomar el tiempo de las contracciones, saber cuándo hay que llamar a la partera o al médico, qué puede hacerle falta a su mujer, de qué se está olvidando, si hace mucho que no va al baño, si necesita comer, cómo mimarla. Y si van al sanatorio, tendrá que hacer los trámites, saber a dónde dirigirse, cuidar a su compañera, decirle a la enfermera “ahora no prendas la luz, por favor”, dosificar las visitas, preservar el vínculo entre la mamá y el bebé. Todo esto siempre y cuando no la perturbe. Porque en un parto, el varón puede ser el mejor sostén de su esposa, o por el contrario, interferir y transformarse en un obstáculo. Eso será algo que la mamá deberá evaluar conociendo a su compañero y teniendo en cuenta el momento particular que estén atravesando como pareja en ese momento.
Es muy probable que si el parto fue una buena experiencia de pareja, se refuercen en cada uno de ellos las imágenes positivas que tenían previamente del otro. Ella puede haberse sentido más cuidada de lo esperado, y él la puede haber visto más valiente de lo imaginado. Lo que sí se puede afirmar es que una mamá, pero sobre todo un papá, que se comprometió en el embarazo de su mejer y el nacimiento de su hijo, establece con ese niño un vínculo más profundo
"La criatura recién nacida sana y su madre deben permanecer juntos tras el parto y no separarse en ningún momento si el estado de salud de la madre lo permite.
Vive intensamente el placer de que no os separen
y ten la seguridad de que le estás dando lo mejor.¨
Intimidad y Tiempo Para Recibir y Acoger al Bebé
El momento del nacimiento es un momento especial, mágico, en el que el estado hormonal propio del parto natural crea las condiciones para que produzca el vínculo madre-hijo, un vínculo que tiene consecuencias duraderas sobre esa relación, sobre la confianza de la mujer en su capacidad para amar y criar a su hijo, sobre el desarrollo emocional del bebé. El vínculo que el bebé crea con su madre es el troquel, la base de su capacidad para crear vínculos posteriores. Por ello el nacimiento medicalizado tiene consecuencias no sólo físicas, sino psicológicas y sociales. Madres y bebés deben estar juntos tras el nacimiento, y en todo momento, y no se justifica que un recién nacido sano sea apartado de su madre. Incluso los prematuros progresan mejor con el “método canguro” que con la incubadora, o al menos con un sistema mixto. La OMS recomienda iniciar la lactancia antes de abandonar la sala de partos.
El contacto piel con piel tiene también otros efectos beneficiosos para la criatura recién nacida (se recuperan más rápido del estrés, normalizan antes su glucemia, el equilibrio ácido-base y la temperatura) y para la madre (disminución del tamaño uterino por secreción de oxitocina). También para el vínculo M-RN, aumentando la duración de la lactancia materna y evitando experiencias emocionales negativas.
Recomendaciones:
o La criatura recién nacida sana y su madre deben permanecer juntos tras el parto y no separarse en ningún momento si el estado de salud de la madre lo permite.
o Inmediatamente después del parto, la criatura recién nacida se coloca sobre el abdomen de la madre, se la seca y se cubre con una toalla seca. Así se agarrará al pecho de forma espontánea en la mayoría de los casos, permaneciendo al menos 70 minutos en estrecho contacto piel con piel con su madre.
o Los únicos procedimientos que se realizarán a la criatura recién nacida durante este tiempo de contacto piel con piel con su madre, son su identificación y la adjudicación de la puntuación del test de Apgar.
o Informar a las madres sobre las ventajas del contacto piel con piel.
o Posponer las prácticas de profilaxis ocular, peso, vitamina K, etc., al finalizar el contacto precoz, intentando realizar todos los procedimientos en presencia de las madres y padres, y tras su consentimiento.
o No deben realizarse de forma rutinaria la aspiración de secreciones, el lavado gástrico, el paso de la sonda orogástrica, el paso de sonda para confirmar la permeabilidad de las fosas nasales y el paso de sonda rectal. No son necesarias y no están exentas de riesgo.
o También es recomendable en caso de cesáreas. Siempre que sea posible, preparar el campo para realizar el contacto precoz M-RN.
o Si el estado de salud de la madre no lo permite, se ofrecerá al padre la posibilidad de que haga el contacto piel con piel con su criatura.
o Establecer la metodología de los cuidados centrados en el desarrollo, estimulando el método madre-canguro, el contacto piel con piel de madres y padres y la colaboración de éstos en sus cuidados, especialmente en los casos de criaturas recién nacidas más vulnerables.
o Favorecer la erradicación de las salas-nido en los hospitales.
o Trabajar con grupos de apoyo que faciliten las buenas prácticas.
Relación Madre-Padre-Hijo
La relación entre los padres suele modificarse cuando pasan por una experiencia de parto en libertad. Como lo que viven es tan potente, ya no vuelven a ser los mismos. En la madre se producirá una transformación inevitable porque ella habrá puesto el cuerpo y las emociones. Y el papá, en la medida en que se comprometa de verdad con la experiencia, también saldrá modificado. Pero para poder atravesar una instancia así, es imprescindible que ellos hagan una alianza nueva, asimétrica. Algo diferente a lo que quizás estaban acostumbrados hasta entonces. Lo esencial en este tipo de parto es el reconocimiento de que el papel central lo tiene la mujer. Es ella la que lleva al bebé dentro de sí,la que deberá ser oída en sus deseos y necesidades, y el varón tendré que escucharla con el corazón y acompañarla.
El rol de él será fundamental en otro sentido: como soporte para que ese nacimiento ocurra. Él será un “cuerpo útero” que sostiene y contiene a su mujer. Es una función que muchas veces ejerce la partera, pero si un futuro papá participó mucho en el embarazo, será él quien lo desempeñe. El padre será la cabeza de este equipo en el que la mamá pondrá fundamentalmente el cuerpo. A cambio, a él se le abrirá el espacio del parto para vivirlo, no para “presenciarlo”, ya que, si quiere ser protagonista, tendrá que poner algo más que su presencia.
Durante el trabajo de parto y el nacimiento, será quien tendrá que tomar el tiempo de las contracciones, saber cuándo hay que llamar a la partera o al médico, qué puede hacerle falta a su mujer, de qué se está olvidando, si hace mucho que no va al baño, si necesita comer, cómo mimarla. Y si van al sanatorio, tendrá que hacer los trámites, saber a dónde dirigirse, cuidar a su compañera, decirle a la enfermera “ahora no prendas la luz, por favor”, dosificar las visitas, preservar el vínculo entre la mamá y el bebé. Todo esto siempre y cuando no la perturbe. Porque en un parto, el varón puede ser el mejor sostén de su esposa, o por el contrario, interferir y transformarse en un obstáculo. Eso será algo que la mamá deberá evaluar conociendo a su compañero y teniendo en cuenta el momento particular que estén atravesando como pareja en ese momento.
Es muy probable que si el parto fue una buena experiencia de pareja, se refuercen en cada uno de ellos las imágenes positivas que tenían previamente del otro. Ella puede haberse sentido más cuidada de lo esperado, y él la puede haber visto más valiente de lo imaginado. Lo que sí se puede afirmar es que una mamá, pero sobre todo un papá, que se comprometió en el embarazo de su mejer y el nacimiento de su hijo, establece con ese niño un vínculo más profundo
LEY NACIONAL DE PARTO RESPETADO. ARGENTINA
Ley Nacional 25929 promulgada por el PODER EJECUTIVO DE LA NACION ARGENTINA:
Derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento.
Promulgada el 25 de agosto de 2004, vigente desde el 21 de noviembre de 2004 en todo el territorio nacional.
ARTICULO 1º.- La presente ley será de aplicación tanto al ámbito público como privado de la atención de la salud en el territorio de la Nación.
Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que quedan incorporadas de pleno derecho al programa médico obligatorio.
ARTICULO 2º.- Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:
1. A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos, de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
2. A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
3. A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
4. Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
5. A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
6. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
7. A estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
8. A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
9. A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
10. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
11. A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.
ARTICULO 3º.- Toda persona recién nacida tiene derecho:
1. A ser tratada en forma respetuosa y digna.
2. A su inequívoca identificación.
3. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
4. A la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquella.
5. A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.
ARTÍCULO 4º.- El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:
1. A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
2. A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
3. A prestar su consentimiento manifestado por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
4. A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida siempre que no incida desfavorablemente en su salud.
5. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.
ARTICULO 5º.- Será autoridad de aplicación de la presente ley el Ministerio de Salud de la Nación en el ámbito de su competencia; y en las provincias y la Ciudad de Buenos Aires sus respectivas autoridades sanitarias.
ARTICULO 6º.- "El incumplimiento de las obligaciones emergentes de la presente ley por parte de las obras sociales y entidades de medicina prepaga, como así también el incumplimiento por parte de los profesionales de la salud y sus colaboradores, y de las instituciones en que estos presten servicios, será considerado falta grave a los fines sancionatorios, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pudiere corresponder."
ARTICULO 7º.- La presente ley entrará en vigencia a los sesenta (60) días de su promulgación.
ARTICULO 8º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.”
Derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento.
Promulgada el 25 de agosto de 2004, vigente desde el 21 de noviembre de 2004 en todo el territorio nacional.
ARTICULO 1º.- La presente ley será de aplicación tanto al ámbito público como privado de la atención de la salud en el territorio de la Nación.
Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que quedan incorporadas de pleno derecho al programa médico obligatorio.
ARTICULO 2º.- Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:
1. A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos, de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
2. A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
3. A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
4. Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
5. A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
6. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
7. A estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
8. A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
9. A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
10. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
11. A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.
ARTICULO 3º.- Toda persona recién nacida tiene derecho:
1. A ser tratada en forma respetuosa y digna.
2. A su inequívoca identificación.
3. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
4. A la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquella.
5. A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.
ARTÍCULO 4º.- El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:
1. A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
2. A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
3. A prestar su consentimiento manifestado por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
4. A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida siempre que no incida desfavorablemente en su salud.
5. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.
ARTICULO 5º.- Será autoridad de aplicación de la presente ley el Ministerio de Salud de la Nación en el ámbito de su competencia; y en las provincias y la Ciudad de Buenos Aires sus respectivas autoridades sanitarias.
ARTICULO 6º.- "El incumplimiento de las obligaciones emergentes de la presente ley por parte de las obras sociales y entidades de medicina prepaga, como así también el incumplimiento por parte de los profesionales de la salud y sus colaboradores, y de las instituciones en que estos presten servicios, será considerado falta grave a los fines sancionatorios, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pudiere corresponder."
ARTICULO 7º.- La presente ley entrará en vigencia a los sesenta (60) días de su promulgación.
ARTICULO 8º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.”
UN PARTO HUMANIZADO...
El parto es un pasaje oscuro, una travesía en las sombras, y tan cierto es que, al momento de nacer el bebé, allí ocurre el alumbramiento”
Dra. Raquel Schallman
Elegir como parir, decidir que se quiere hacer y cómo se quiere estar cuando nazca su hijo, es hacerlo naturalmente. Tiene que ver con la vida, el placer, la alegría, la esperanza y el inmenso mar de las emociones.
Para que se produzca el nacimiento lo único imprescindible es que exista una mujer embarazada y a punto de dar a luz, y el marco emocional y de elección y privacidad, son condiciones esenciales para que el parto sea un acto de libertad.
Parir en su propio hogar, en su propio nido, en su espacio libre, hace que los mecanismos de defensa de la mamá funcionen mejor y hasta tolera más el dolor. Sus olores, colores, ruidos, se transforman en factores tranquilizantes, puede moverse, caminar, sentarse, bañarse, escuchar música, bailar relajarse, estar con las personas que desee.
Que una mujer tenga a su hijo por un parto en cuclillas, en un banquillo, o en el agua, son alternativas, parir no sólo es una posición, parir es natural, y el parto libre propone que existan diversas maneras de traer a un niño al mundo. Hay que confiar en la sabiduría del cuerpo y las emociones para que cada mujer encuentre la suya.
El deseo de que su hijo nazca en la intimidad impulsa a muchas familias a atender sus partos en sus casas, claro esta que antes deben realizar los controles adecuados, y en el momento del parto contar con un equipo médico y profiláctico listo para actuar. Nuestra responsabilidad es no olvidar lo importante del aspecto vivencial del parto, respetando la decisión de la pareja, y estar atentos para lo que pasa y a cada cosa que sucede en eses momento. Reconocer el proceso, informar y brindar nuestra máxima capacidad para ayudar y contener a los padres durante esta experiencia, constituyen nuestro rol.
Por todos estos motivos, en los últimos años los nacimientos en casa vienen creciendo como una de las mejores opciones en muchísimos lugares del mundo.
Nosotras queremos difundirlo en nuestro país, en nuestra ciudad, y por ello estamos acá.
Humanicemos el parto, enseñemos a parir en libertad!.
Dra. Raquel Schallman
Elegir como parir, decidir que se quiere hacer y cómo se quiere estar cuando nazca su hijo, es hacerlo naturalmente. Tiene que ver con la vida, el placer, la alegría, la esperanza y el inmenso mar de las emociones.
Para que se produzca el nacimiento lo único imprescindible es que exista una mujer embarazada y a punto de dar a luz, y el marco emocional y de elección y privacidad, son condiciones esenciales para que el parto sea un acto de libertad.
Parir en su propio hogar, en su propio nido, en su espacio libre, hace que los mecanismos de defensa de la mamá funcionen mejor y hasta tolera más el dolor. Sus olores, colores, ruidos, se transforman en factores tranquilizantes, puede moverse, caminar, sentarse, bañarse, escuchar música, bailar relajarse, estar con las personas que desee.
Que una mujer tenga a su hijo por un parto en cuclillas, en un banquillo, o en el agua, son alternativas, parir no sólo es una posición, parir es natural, y el parto libre propone que existan diversas maneras de traer a un niño al mundo. Hay que confiar en la sabiduría del cuerpo y las emociones para que cada mujer encuentre la suya.
El deseo de que su hijo nazca en la intimidad impulsa a muchas familias a atender sus partos en sus casas, claro esta que antes deben realizar los controles adecuados, y en el momento del parto contar con un equipo médico y profiláctico listo para actuar. Nuestra responsabilidad es no olvidar lo importante del aspecto vivencial del parto, respetando la decisión de la pareja, y estar atentos para lo que pasa y a cada cosa que sucede en eses momento. Reconocer el proceso, informar y brindar nuestra máxima capacidad para ayudar y contener a los padres durante esta experiencia, constituyen nuestro rol.
Por todos estos motivos, en los últimos años los nacimientos en casa vienen creciendo como una de las mejores opciones en muchísimos lugares del mundo.
Nosotras queremos difundirlo en nuestro país, en nuestra ciudad, y por ello estamos acá.
Humanicemos el parto, enseñemos a parir en libertad!.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Datos personales
- Mariela Martinez
- Médica. Medicina Estética. Psicoprofilaxis del Parto. Doula Maternal.
¨Blanca Paloma¨
Seguidores
¨Rincón Spa¨
en el Spa...
Voy a brindarte un tratamiento a tu medida, luego de una correcta evaluación y diagnóstico de la misma, donde constataré tu afección y lo quieras tratar . Cuento con excelentes productos y tecnología junto a mi mejor formación, dedicación y servicio para complacer tus necesidades.
Tratamiento intensivo y personalizado, para aquellas áreas rebeldes como abdomen, caderas y piernas, que se afectan más frecuentemente, basado en pulidos, máscaras, baños de lodos reductores, masajes y su combinación con aparatología, y plan de alimentación y ejercicio físico, para mejorar la apariencia estética de la zona tratada.
Tratamiento intensivo y personalizado, para aquellas áreas rebeldes como abdomen, caderas y piernas, que se afectan más frecuentemente, basado en pulidos, máscaras, baños de lodos reductores, masajes y su combinación con aparatología, y plan de alimentación y ejercicio físico, para mejorar la apariencia estética de la zona tratada.
basta de flaccidez
REDUCIR FLACCIDEZ Y TONIFICAR MÚSCULOS
La flaccidez se produce por el deterioro de las fibras de elastina y colágeno de la dermis, que son las responsables de mantener la firmeza y elasticidad de la piel. El efecto antiestético puede ser empeorado por la pérdida del tono muscular.
Este es el tipo de flaccidez habitual, asociada con la edad y que se da en todas las mujeres.
Un caso particular es el que se produce cuando se agrega una gran disminución del peso corporal.
El tratamiento varía en cada caso, en función del grado, ubicación, antecedentes y estado de salud de cada persona. Por eso elaboro para cada persona un plan en particular dependiendo de las necesidades de la piel, y del cuerpo. Combinando máscaras, masajes, con aparatología de primera generación, aumentando así el tono cutáneo y muscular, y con un apoyo nutricional y ejercicios físicos que competan el protocolo.
_________________ Para lucir unos músculos t ersos y bien formados son fundamentales el ejercicio, una alimentación sana y los masajes. No es cosa de cruzar las piernas y sentarse a esperar un milagro.
Celulitis..dejala atrás
TRATAMIENTO PARA LA CELULITIS
Paniculopatía Edematosa Fibroesclerótica o Celulitis, se trata de una alteración en el metabolismo que afecta a las células del tejido adiposo, que al no producir un adecuado drenaje, se inflaman, aumentan su tamaño y se tornan más rígidas que lo habitual, que por compresión provocan un trastorno circulatorio y linfático, que además de las molestias configuran estéticamente a su aspecto de ¨pocitos¨o piel de naranja¨que tanto afecta a las mujeres.
Creo un tratamiento a tu medida, luego de una correcta evaluación y diagnóstico de la misma, donde constataré su tipo y estadío .
Paniculopatía Edematosa Fibroesclerótica o Celulitis, se trata de una alteración en el metabolismo que afecta a las células del tejido adiposo, que al no producir un adecuado drenaje, se inflaman, aumentan su tamaño y se tornan más rígidas que lo habitual, que por compresión provocan un trastorno circulatorio y linfático, que además de las molestias configuran estéticamente a su aspecto de ¨pocitos¨o piel de naranja¨que tanto afecta a las mujeres.
Creo un tratamiento a tu medida, luego de una correcta evaluación y diagnóstico de la misma, donde constataré su tipo y estadío .